Los primeros en emplear un traje especial para una ceremonia de unión matrimonial entre parejas fueron los chinos. Hace unos 3000 años, la Dinastía Zhou impuso la obligación de usar ciertos colores en estas celebraciones: ambos debían usar batas negras con detalles rojos sobre una prenda interior blanca que fuera visible. La Dinastía Han (200 a.C) introdujo el uso de distintos colores para las diferentes estaciones: verde-primavera; rojo-verano; amarillo-otoño, y negro-invierno. Además, las novias chinas debían usar un talismán ‘’traje fénix‘’ de color escarlata para el día del enlace.

En Occidente, la historia del vestido ha evolucionado como un proceso social. En la época griega y romana era costumbre vestir de amarillo en las ceremonias importantes, usando una túnica que se complementaba con mantones rojos o naranjas y coronas de flores en el pelo. Las novias usaban un cinturón hecho con lana de oveja atado con el nudo de Hércules, simbolizando castidad y un velo para proteger a la novia de malos espíritus.  

En la Edad Media el color para los enlaces era el rojo. Telas aterciopeladas con decoraciones en dorado. Se aprecian muy bien estos detalles en los cuadros de pintura flamenca.

Durante el Renacimiento, las bodas de la alta sociedad eran grandes eventos. En Florencia, el traje típico se realizaba en dorado y se usaban brocados sobre colores vivos. Los bordados se realizaban con piedras preciosas, diamantes y perlas, simbolizando el lujo. En ocasiones el  escudo de armas se incluía en los vestidos a modo decorativo. 

Durante siglos, la tradición era usar el mejor vestido sin importar el color. El primer vestido blanco que encontramos para contraer nupcias lo llevó la Princesa Philippa de Inglaterra para su enlace con el Rey Eric de Escandinavia en 1406, una túnica blanca con forro de armiño. María Estuardo, Reina de Escocia, usó un vestido blanco para su enlace con el futuro Rey de Francia en 1558. En ese momento el blanco era un color de luto en la corte francesa. 

Durante años, solo las mujeres de la alta sociedad podían llevar vestidos blancos para casarse dado que era el color más lujoso, ya que las técnicas para blanquear las telas y mantener su color tenían un coste muy alto. 

Se considera que la Reina Victoria en su enlace con el Príncipe Alberto de Saxe-Coburg-Gotha en 1840, quien impuso el color blanco para bodas. Los avances en la imprenta y el comienzo de las revistas de moda ayudaron a difundir esta tendencia.  Durante el siglo XIX las nuevas técnicas de industrialización en la producción textil y lavado, favorecieron el mayor acceso al blanco, comenzando a asociarse con la pureza, inocencia y virginidad.

El siglo XX fue un siglo de cambios en la silueta del traje nupcial:

1920-1930: Vestidos más cortos y holgados con una silueta tubular y sin encorsetar la figura. Eran trajes sencillos al igual que los velos, en forma de pequeños tocados de tul. 

1940-1950: Vestidos midi ajustados en la cintura y muy voluminosos, siguiendo la tendencia del New Look. Usaban cancán y faldas vaporosas de tul decoradas con detalles románticos como el encaje y los bordados de perlas. Los velos tampoco tenían mucho protagonismo en estas décadas. 

1960-1970: Con la introducción de la minifalda en los 60, los diseñadores empezaron a diseñar vestidos cortos de novia. Durante los 70 se introduce el traje chaqueta y los vestidos campana como estilismos de novia. Los tocados florales y las pamelas, acompañando al pelo suelto, sustituyen al velo tradicional. 

1980-1990: Durante los 80 hay un cambio radical en la estética nupcial y se ponen de moda los vestidos pomposos, retomando el uso del cancán, muy llamativos con mangas de farol y volantes. El traje se complementa con velos cortos y ramos recargados. En los 90 encontramos líneas minimalistas, se eliminan los apliques recargados y el velo se alarga y los ramos se acortan. 

En la actualidad se vive una apertura en lo que a diseños de novia se refiere. El tul, los encajes, el corte griego, vestidos vintage, trajes cortos y llenos de colores. Llegamos a la era del todo vale y las novias se quitan el corsé para innovar el día más importante de su vida.