Una de las principales responsabilidades de los gobiernos y empresas de todo el mundo, es implementar nuevas estrategias y proyectos que sean consistentes con los principios del desarrollo sostenible como resultado de problemas globales. El emprendimiento sostenible surge como respuesta a los desafíos ambientales y la necesidad de planes de negocio sostenibles.

Estos cambios crean posibilidades de mercado para empresas centradas en la sostenibilidad. La introducción de bienes y servicios alternativos que consumen menos energía y recursos naturales, ayudan a la concienciación del consumidor, cada vez más preocupado por lo que compra. 

El planeta está pidiendo a gritos un giro en nuestra manera de producir y consumir y los expertos son claros con las consecuencias si no se comienzan a ejecutar cambios de manera urgente y a ejecutar soluciones a niveles estratégicos. 

En el caso de las multinacionales, esos cambios serán más paulatinos, ya que no pueden modificar los procesos de producción y cadena de suministros de un momento a otro. Por otro lado, las PYMES y Startups tienen un escenario diferente y mucho más beneficioso, pudiendo desarrollar acciones y ejecutarlas en un periodo de tiempo casi inmediato.

Un claro ejemplo de emprendimiento sostenible es Too Good To Go, una aplicación móvil que nace con el objetivo de disminuir el despilfarro de alimentos en restaurantes y minoristas, convirtiéndose en un intermediario mediante el cual ponen a la venta productos o alimentos que no han vendido al servicio de los consumidores.

La aplicación ya está disponible en la mayoría de países europeos, y según su informe de sostenibilidad, en 2020, se salvaron 28.615.597 “packs” de alimentos, lo que significó un crecimiento del 49% respecto a 2019, el equivalente a haber evitado el desperdicio de más de 28.600 toneladas de alimentos y haber ahorrado la emisión de más de 71 millones de kilogramos.

Poco a poco se va demostrando que una empresa sostenible no tiene por qué nacer con ese ideal y puede ir contribuyendo poco a poco. Burberry, por ejemplo, lanzó el proyecto ReBurberry Fabric, que fomenta el talento emergente y favorece la economía circular, donando tejidos sus sobrantes en colaboración con el British Fashion Council. Hasta la fecha, más de 30 universidades e instituciones con departamentos de moda han recibido 12.000 metros de tejido como donación.

Hack your closet es uno de los primeros servicios híbridos, donde puedes comprar tu ropa con un asesor o alquilarla. Sus estilistas envían la ropa una vez al mes, alargando así la vida útil de la prenda. La empresa ha recaudado hasta ahora 353.000 euros y emplea a 30 personas. La empresa habrá distribuido más de 18.000 prendas para 2020.

Vividye ofrece un método para imprimir tejidos con colores y dibujos que pueden retirarse después para volver a aplicar otros nuevos sin dañar la tela. Dos científicos de la Universidad de Chalmers crearon esta tecnología para el ahorro de recursos y alargar la vida de nuestra ropa, consiguiendo reducir el uso de agua y las emisiones químicas al medio ambiente.

El potencial de una empresa para generar valor no depende exclusivamente de los números que genera, afirma Markus Hakansson, responsable de consultoría de sostenibilidad de Grant Thornton Suecia. La capacidad de una empresa para producir valor, lo cual se traduce en dinero, está influida por aspectos sociales y medioambientales.

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